La excusa perfecta

¿Existe un modo argentino de festejar? Para responder a tan amplio interrogante, cocineros amateurs y profesionales revelan sus propuestas a la hora de reunirse con amigos y familiares en alguna fecha especial. Feriados patrios, fiestas religiosas, ritos supersticiosos: cualquier excusa es válida para preparar un plato tradicional. También relatan, mediante un sinfín de anécdotas, desde sus inicios en el mundo de las ollas y sartenes hasta la manera en que encuentran materias primas de calidad. Muchos crecieron viendo a sus padres, abuelos o tíos cocinar. Otros descubrieron su vocación culinaria de grandes, al viajar a una ciudad distante o navegar por Internet. Y casi todos leyeron a famosas chefs locales como Doña Petrona C. de Gandulfo y Choly Berreteaga. La trasmisión del legado familiar y la búsqueda autodidacta de conocimientos constituyen los pilares fundamentales sobre los que se basa la educación gastronómica nacional. En esta tierra de criollos e inmigrantes, hay pocas recetas clásicas y numerosas formas de plasmarlas. Cada persona aporta su toque individual, respetando o modernizando la fórmula inicial. Lo que más desea es juntarse a celebrar, pautada o espontáneamente, llegar con una bandeja repleta de comida casera e irse con un paquetito de sobras (un pécale, según el imaginario judío). Porque lo que se consume o queda para siempre es el sabor, así de variopinto, de nuestra identidad.